Comidas más agradables:
Ayudar a que las personas con demencia realicen tareas sencillas a la hora de hacer la comida ayuda a aprovechar al máximo sus habilidades personales y a su autoestima y hace que la hora de comer sea más agradable.
Por ejemplo:
Ayudar a hacer la compra. Permite que la persona con demencia escoja qué alimentos y bebidas prefiere para desayunar, comer y cenar.
– Preparación de la comida. Permite que la persona con demencia pueda hacer tareas como remover, trocear, aliñar,…
– Poner la mesa.
– Limpiar la mesa. Recoger la mesa, poner los platos en el lavavajillas o lavar a mano, son tares que podría realizar la persona con demencia.
Si crees que la persona a la que cuidas todavía es capaz de hacer alguna de estas actividades y además, la disfrutaría, es posible que puedas preguntarle si quiere ayudarte y hacer estas cosas en la próxima comida.
Previniendo la deshidratación:
Las personas con demencia tienen mayor riesgo de deshidratación por varios motivos:
– Tienen dificultad para explicar sus necesidades
– Tienen una sensación de sed disminuida
– No se les ofrece lo suficiente para beber
– Problemas para tragar en las últimas etapas de la demencia.
La persona a la que cuidas necesita que se le dé de beber 8-10 vasos al día (de 1500-2000 mililitros) de agua, sopa, zumo, no incluir café o té todos los días. Una forma de controlar los líquidos ingeridos durante el día es poner en la nevera una tabla de este tipo:
