Recomendaciones de cuidados en verano
El verano es la época más calurosa del año. Debido a ciertos factores, el calor, afecta un poco más a las personas de tercera edad. Para evitar trastornos como el golpe de calor, la deshidratación o la fatiga, es importante tomar medidas adicionales.
Aunque todos deberíamos protegernos del calor, las personas mayores son especialmente sensibles en verano. Además, dado el hecho de que muchas veces necesitan de la ayuda de su cuidador o cuidadora para moverse o caminar y poder prevenir caídas, es esencial saber qué acciones se deben tomar.
Las personas mayores son más sensibles al exceso de calor en el ambiente:
- Producen menos sudor que una persona más joven.
- La capacidad para regular la temperatura es disminuida.
- Su temperatura corporal puede subir más deprisa.
- Se adaptan peor a las altas temperaturas.
- La piel es más fina y es más sensible a los rayos del sol.
Recomendaciones para aumentar los cuidados de las personas dependientes en verano.
Hidratación del mayor en verano
El mayor problema que enfrentan las personas mayores en el verano es la deshidratación.
A medida que envejecemos, las personas pierden la sensación de sed, por ello es común que no pidan agua o que no les guste tomarla. Sin embargo, es un aspecto que no debemos descuidar nunca, especialmente en verano.
En la época estival, nuestro cuerpo transpira más, esto con el objetivo de mantener la temperatura adecuada. Por ello, es importante reponer el líquido perdido. Si la persona de tercera edad no sufre de problemas renales, el cuidador o cuidadora debe ofrecerle de dos a tres litros de agua diaria.
A algunas personas mayores no les gusta tomar agua, pero aun así debemos asegurarnos de que la consuman. Para ello podemos ofrecerles como sustitutos del agua: gelatinas con fruta, aguas aromatizadas, helados, leche, caldos, etc. Lo importante es que se mantenga hidratado.
Cuida la alimentación de tu mayor durante el verano
Las comidas deben variar en esta estación. Durante el verano no suelen apetecer los platos calientes, ya que dan sensación de más calor. Los platos fríos y ligeros como el gazpacho, las verduras frescas, las ensaladas o la fruta de temporada son fundamentales.
Con el calor, el apetito disminuye. Es muy importante asegurarnos de que nuestros mayores tomen las proteínas y los nutrientes necesarios para afrontar la época estival con energía y salud. Los ingredientes ideales para añadir a los platos fríos son: huevo duro picado, queso, embutidos, etc.
La fruta es rica en agua y azúcares, ideales para el postre y a cualquier hora del día.
Evita cambios bruscos de temperatura
También es importante evitar los cambios bruscos de temperatura.
Si el adulto mayor se encuentra al aire libre, es vital que esté bajo la sombra. Además es importante mantener la casa fresca, no excesivamente fría. Es recomendable que las habitaciones que cuenten con aire acondicionado tengan una temperatura que oscile entre los 22 y los 24 grados.
Muchas personas mayores no les gustan los aires acondicionados. Esto pasa porque con la edad perdemos tejido graso y nos pueden afectar enfermedades como la osteoporosis. En estos casos, lo ideal es cubrirlos con ropa abrigadora para que el frío no les moleste.
Cuida el sueño de tus mayores en verano
El calor y el aumento de las horas de luz nos hacen dormir menos e inciden de forma directa en los trastornos del sueño en la tercera edad. La falta de sueño o insomnio afecta a la calidad de vida del mayor. Provoca agotamiento, irritabilidad y mareos.
La calidad del sueño es muy importante para un correcto estado de salud en las personas de edades avanzadas. Lo más recomendable para evitar que nuestro mayor padezca un trastorno del sueño es cenar de forma ligera, seguir una rutina de horarios y hacer ejercicio a diario.