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Y ahora que termina el confinamiento…..

La progresiva salida del estado de alarma (con el consiguiente confinamiento y aislamiento en el domicilio) no implica sólo el fin de la crisis por COVID 19, sino también el inicio de un período de afrontamiento de la situación resultante sumada a la incorporación de las tareas y rutinas que antes eran habituales y que ahora conllevan nuevas normas. Este extracto del documento elaborado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, busca ayudar a las personas mayores, para cuando tengan que incorporarse a sus rutinas fuera del domicilio, para que puedan adaptarse de una forma más flexible y resiliente a la nueva realidad que se avecina y que no necesariamente será  la misma que se conocía.

Salida progresiva

La salida de esta cuarentena será un cambio en cuanto a los hábitos que hemos adoptado durante este período de aislamiento, haciéndonos sentir confusos al principio.

Puede ser que tengamos sentimientos encontrados de querer rehacer nuestra vida tal y como la vivíamos antes del confinamiento en los domicilios y el temor al contagio o la enfermedad, pero ver al resto de personas salir y recuperar aparentemente su normalidad debe tranquilizarnos, al ser una muestra de que poco a poco se va reestructurando nuestra vida.

Los que nos faltan

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Pueden aparecer sentimientos de tristeza, rabia e incluso culpa por haber sobrevivido a esta situación; debemos tener presente que estos pensamientos y sentimientos que aparecen repetidamente a lo largo del día durante los primeros días y semanas, será absolutamente normal. En el caso de intensificarse o mantenerse en el tiempo, sería aconsejable pedir ayuda profesional.

La reincorporación

Durante los primeros días de incorporación a nuestras rutinas, notaremos las pérdidas vividas, tómate tu tiempo para adaptarte a la nueva situación, permítete expresar las emociones y comprende que hay personas que lo vivirán de manera distinta. Ha sido una situación nueva, jamás vivida y cada uno lo afronta en función de sus capacidades, creencias o pensamientos.

Es importante que te informes sobre cuándo se van a iniciar las actividades que hacías con anterioridad o qué nuevos talleres, clases…. se han generado. Busca a las personas con las que compartías actividades y vuelve a relacionarte. Aprovecha y rehaz tu listado de prioridades y organiza tu nuevo tiempo tal y como más te guste disfrutarlo.

Cambio de actividades

Todos hemos permanecido en casa durante un tiempo considerable que ha creado nuevos hábitos en nosotros y que ha cambiado nuestras costumbres. Durante los primeros días, ten en cuenta este cambio y permítete adaptarte a la nueva situación; aunque te apetezca volver a las actividades que antes realizabas, incorpóralas poco a poco, en cuanto a intensidad y duración, de forma que no fuerces de más tu cuerpo y tu mente.

Reducción del contacto

Estando en casa hemos experimentado mayor preocupación por nuestros seres queridos y, al mismo tiempo, hemos tenido posibilidad de mantener un mayor contacto de forma telefónica o telemática.

Salir del confinamiento no significa perder la cercanía y lazos creados durante la cuarentena; esta relación especial de amistad o familiar deberá transformarse y adaptarse a la vuelta a los horarios y demandas del día a día y si lo planificamos juntos, puede llegar a ser igual de satisfactoria.

Pérdida de independencia

A nivel físico: puede ser que hayamos realizado ejercicio físico en caso o que no hayamos hecho nada durante el confinamiento, pero es cierto que al haber tenido una menor demanda de esfuerzo físico es probable que nos notemos un poco menos en forma. Ambas situaciones requieren adaptarse a la nueva situación, por lo que deberemos aumentar de forma gradual la exigencia física con ejercicios adaptados y nunca forzando el cuerpo.

A nivel mental: la falta de agilidad mental también es una posibilidad, ya que después de tantos días sin la interacción social, imprescindible para mantener un cerebro sano, puede que nos sintamos un poco “oxidados”. Los ejercicios para la memoria que podemos encontrar en talleres tanto privados como públicos nos servirán para reforzar nuestras conexiones neuronales y sentirnos más activos.

A nivel emocional: A lo largo del período de alarma, tus emociones habrán variado y es probable que lo sigan haciendo en esta etapa. A pesar de la esperada vuelta a la normalidad, el salir de casa, al principio, puede resultar abrumador.

Es tu tiempo

Piensa bien las actividades que deseas realizar y en cuales quieres implicarte de manera voluntaria. Asegúrate de reservar un tiempo para ti y de planificar descansos, especialmente en los primeros momentos, en los que deberás adaptarte al ritmo y las demandas del día a día.

Si vives con una persona que acude a un Centro de Día

Cuando se pueda volver al Centro de Día, pregunta a la persona, aunque tenga deterioro cognitivo, sobre sus propios deseos ya que podrían haber cambiado durante el período de aislamiento. Infórmate sobre los cambios que puedan haber ocurrido en el Centro (horarios, actividades, protocolos de distanciamiento,…) Es probable que en la reincorporación, la persona se encuentre con la pérdida de algún compañero, por lo que hay que hacer un acompañamiento en su duelo. También es probable que el propio Centro tenga preparado algún acto para ayudar en las despedidas.

Para finalizar y a modo de resumen, saca lo positivo de este período de aislamiento y reincorpórate a tus rutinas favoritas sin olvidarte de darte un tiempo para ti.

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